marzo 10, 2007

Turismo y parques nacionales. 2da.parte de dos.

De acuerdo con lo prometido en la nota anterior, trataremos aspectos más modernos, de los parques nacionales. Uno de ellos, y de significativa importancia, es haberse dotado de una Escuela de Guardaparques, creada en 1967 e instalada en la Isla Victoria. Institución de fundamental importancia para un eficiente control de las reservas y que lleva a recordar que los pioneros en esta tarea, fueron siete hombres que comenzaron sus labores en 1928. Para ser Guardaparque o Guardafauna se debe tener una gran vocación ecológica y templarse para una vida, en parte, de cierto aislamiento y en gran parte riesgosa.

Las reservas selváticas incluyen su fauna salvaje que exige precauciones, pero, sin embaargo, el mayor riesgo es el encuentro con cazadores, que suelen utilizar sus armas al ser descubierta la depredadora y delictiva, actividad que realizan en parques o reservas. Uno de los saltos de las Cataratas del Iguazú, que cae en la zona del circuito superior, se denomina Bernabé Méndez en homenajea a un guardaparque asesinado por cazadores furtivos. Muy lejos de nuestra situación, las regiones de mayor riesgo para guardaparques o guardafaunas, con muchos casos fatales, han sido las africanas. Allí la codicia por el marfil de colmillos de elefantes y cuernos de rinoceronte incluye el crimen de quien se oponga.

Si bien en la nota anterior quedó evidenciada la relación entre parques y reservas naturales con el turismo, en ésta observaremos como se fue incrementando. Relación que de hecho resulta lógica y, según hemos visto, el estado la propicia al ser uno de los objetivos de la política creativa de sitios protegidos. Por otra parte, esta política se encuadra en el concepto general de la relación que impera en el mundo como veremos más adelante. Del turismo como fenómeno mundial ya se ha comentado sobre características generales en blogs anteriores, pero no de una forma de turismo llamado social.

El turismo social se identifica por la participación directa o indirecta del estado, esta última forma, por medio de subvenciones. El objetivo de estas políticas es permitir la participación de amplios sectores de la población de menores recursos a gozar de vacaciones en sitios turísticos. En 1958 en nuestro país se dictó la ley 14.575 que creó el departamento de Turismo Social dentro del organismo que regía el turismo en la época. Pero realmente el turismo social surge en el país después de 1945 como parte de una determinada política social y se desarrolla con amplitud en la década del 50.

Los beneficios del turismo social se otorgan en diferentes formas. La forma directa tuvo su origen en las famosas unidades turísticas de Chapadmalal y Río Tercero que pertenecieron a la Fundación Eva Perón hasta 1955. Luego en 1958, pasaron al ente de turismo mencionado. En la actualidad se continúa la asistencia con precios muy bajos con relación al mercado del rubro según diferentes hoteles y servicios. La actual forma indirecta es por medio de contrataciones de hoteles en determinados sitios turísticos, en los que el ente turístico oficial, aporta una proporción del precio que hace más económica la estadía a los beneficiados. En ambos casos los beneficios se extienden a servicios de gastronomía..

Pero haciendo un poco de historia o recordación para los abuelos de hoy, se sabrá que el grueso del turismo social de la década de los años 50, se consumó por medio de las colonias de vacaciones y hoteles que construyeron o adquirieron los sindicatos. En todos los sitios turísticos brillaba un hotel o colonia de sindicato o federación de sindicatos de X rubro de trabajo. Las entidades sindicales contaron para su política turística, en realidad, la gubernamental, con créditos otorgados por los bancos oficiales, que aparte de blandos, sus cuotas de pago fijas se diluyeron por efecto de la inflación. Pero gran parte de la población “veraneó” como se decía, por primera vez. Hoy, los hoteles que quedan en función de los afiliados sólo otorgan descuentos, muy distantes de los casi irrisorios precios que se pagaban en aquellos tiempos. Otra diferencia es que la demanda exigía sorteos y hoy están abiertos a todo público, lo que indica una mejora económica y cambio de pautas en los trabajadores con relación al turismo. Claro de todos aquellos que tienen empleo y cuentan con relación de dependencia registrada oficialmente.

Vayamos al ámbito mundial para conocer el criterio que impera sobre los parques nacionales. El mismo esta dado por la Xº Asamblea General de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales no Renovables (UICN) reunida en Nueva Delhi en 1969. La Asamblea los considera como “... áreas relativamente extensas, presentando uno o más ecosistemas, físicamente no —o poco— transformado por la explotación u ocupación humana; donde las especies vegetales y animales, los sitios geomorfológicos y los hábitats son de especial interés científico, educativo o recreativo, o encierren un paisaje natural de gran belleza; donde la más alta autoridad competente del país, ha adoptado medidas adecuadas para prevenir o eliminar... y donde se permite el ingreso de visitantes con ciertas condiciones con propósitos de inspiración, educativos, culturales y recreativos”. Con esta declaración queda justificado todo lo enunciado hasta aquí.

Debe señalarse que la UICN no es una organismo internacional oficial pero muy reconocida por todas las naciones del mundo, participen o no de sus asambleas. De las organizaciones no gubernamentales ecologistas de carácter internacional, la más conocida actualmente es Greenpeace por sus acciones espectaculares contra efectos nocivos a la biosfera. En nuestro país la primera organización en pro del respeto y protección de la naturaleza fue la Asociación Natura fundada en 1941. En la actualidad, la más destacada organización ambientalista es la Fundación Vida Silvestre. Entidad que con su prestigio consiguió fondos en los EE.UU. para la compra y donación, a la nación, de las tierras del actual Parque Nacional Monte León sobre el mar en Santa Cruz. .

Argentina, fue el primer país sudamericano en la creación de parques nacionales, y no se detuvo en esa política a pesar de los muy diferentes gobiernos que se han sucedido a través de los años. Hasta hoy se ha logrado establecer reservas sobre un 7% del territorio nacional, que representan unas 3.700.000 Has. Como sabemos, las reservas tienen muy variadas denominaciones que incluyen los parques nacionales y provinciales. Si bien en muchos casos se trata de delimitaciones, se han producido avances considerables. Además, para los próximos diez años, en realidad la meta es para el 20l5, se espera llegar al 10%. La expectativa de la planificación nos indica que quedan muchas áreas para proteger.

Pero ya no se trata sólo de áreas territoriales, la protección se extiende en forma específica a monumentos naturales tales como el de la ballena franca austral, el huemul y taruca, otro ciervo que vive en pastizales de sierras en el noroeste y bosques petrificados. Como en más de una oportunidad se ha mencionado la variedad de denominaciones que toman las áreas protegidas, se hace necesario citar algunas del ámbito nacional. Ya conocemos la de Monumentos naturales, otras son: Reserva de Biosfera; Refugios educativos; Reservas naturales estrictas; Reservas naturales silvestres, Reservas naturales educativas y clasificaciones en Areas primitivas y otras de uso múltiple. Además, las provincias también han desplegado intensa actividad logrando establecer muchas áreas protegidas también con variedad de nombres. En el país existen más de 250 sitios protegidos, entre los cuales, al menos 37 son parques nacionales, cifras difíciles de establecer por cuanto al momento de librarse publicaciones oficiales, muchos sitios que estaban en carpetas de estudio se incorporan al poco tiempo..

Algunas zonas protegidas presentan casos interesantes. Por ejemplo, en el área geográfica de Talampaya e Ischigualasto, que es una unidad geológica y paleontológica, está dividida por una línea imaginaria en jurisdicciones políticas. Talampaya, quedó en territorio de La Rioja, y de parque provincial pasó a nacional. San Juan, mantuvo su área como Parque Provincial Ischigualasto y Reserva Natural Valle de la Luna. Pero la unidad se mantuvo para el mundo al ser declarados por la UNESCO como Patrimonios Naturales de la Humanidad. También han obtenido la calificación la cataratas del Iguazú y Los Glaciares del lago Argentino.

Otro caso, más que interesante de suma importancia, es el de Misiones. En ese territorio, que como sabemos se encuentra el Parque Nacional Iguazú, la provincia viene elaborando acuerdos con la nación e incluso con empresas privadas que le han permitido lograr una continuidad selvática a la que llaman Corredor Verde. Ahora bien, este corredor se está proyectando hacia Paraguay y Brasil para ser trinacional. En efecto, entes nacionales, provinciales o estados y municipalidades, más organizaciones ambientales no gubernamentales de los tres países y organismos internacionales, se encuentran abocados a estudios integrales de la preservación de la Selva Paranaense o Bosque Atlántico Interior que en Brasil se conoce como Mata Atlántica Interior.

Del remanente de la selva original, la provincia mantiene 12.000 Km2. en forma continua. La continuidad es un valor destacable que evita las islas que acotan la expansión de la flora y cercan la circulación de la fauna silvestre. Brasil y Paraguay tienen para aportar 24.000 Km2. cada uno, no con la continuidad de Misiones pero sí integrándolas, porque continuidad no significa línea recta. Cuando se logren los acuerdos necesarios habrá una selva continua sin fronteras. La mención de este proyecto de magnitud internacional, no sólo de valor cuantitativo, sino fundamentalmente cualitativo es oportuno para cerrar este blog presentado en dos notas. Como siempre, se esperan comentarios.
Rosario, 08 de marzo de 2007
Ernesto.

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